domingo, 25 de septiembre de 2011

Multas inventadas del SAT o el Kaiman de Katmandu

El Kaiman de Katmandu, una fantasia del SAT

Erase que se era en una tierra no muy lejana, habitada por gente buena y de paz, con buen clima y prospero terreno, fertil y con abundante agua, cielos limpios y amor en el corazon.

Ante tantas bondades, la Maldad estaba ofendida, ¿como podria destruir tanta felicidad?, ¿como borrar la felicidad de tanta gente buena?, ideo mil planes, creo miles de complós, algunos le funcionaron bien, otros no, uno de los mas exitosos fue la invencion del SAT, que era el nombre que recibia el odiado cobrador de impuestos del tiranico principe Felipillo, cada mes los pobres aldeanos sufrian por el incremento de los impuestos, cada dia, los esbirros del tirano, pensaban en nuevas formas de explotar al pueblo, habian inventado ,impuestos nuevos, multas fantasmas que hasta las ancianas tenian que pagar, la gente trabajaba todo el dia y solo tenia mendrugos en su mesa, mientras que en las mesas de la corte, los jueces, ministros y la familia del tirano disfrutaban de manjares.

Fue en ese mundo cuando surgio esta historia, un honesto comerciante importaba articulos de todo el mundo, pagando los enormes impuestos de las aduanas del reino, muchas veces el precio de los articulos estaba tan inflado, que el ganaba menos por trabajar, que lo que pagaba al gobierno, el cual se habia convertido en un socio voraz que consumia todas las ganancias.

Si, se bien, que en el mundo globalizado, las fronteras estan abiertas, y que los estados no cobran impuestos de importacion, pero el Tirano no hacia caso, acostumbrado a tanto lujo y boato, habia perdido todo respeto por cualquier tipo de ley.

Un dia, al honesto comerciante le llego una multa del SAT, de varias decenas de miles de pesos, pero esto era imposible, habia pagado a contadores y agentes aduanales, respetaba escrupulosamente las leyes, aunque estas fueran opresivas e ilogicas.

Asi que tomo sus papeles y fue a la oficina de hacienda mas cercana, era un enorme palacio, ubicado en la calle de Reforma, donde los suplicantes debian de ir a rogar por sus derechos, despues de pasar por una larga fila, fue recibido bajo una carpa en el jardin, los contribuyentes no tienen derecho a entrar a los edificios, ni de usar baño y deben de contentarse con una sola respuesta:

Pague y despues veremos.

¿Pero porque debo de pagar?

-Dijo el comerciante, yo no he hecho nada malo, he entregado mi tributo diario y sin retrasos, mis papeles estan en orden, todos los calculos del contador son exactos, no debo nada, he pagado el 300% de impuestos, que me exigen de impuestos de entrada de mercancia, que proviene de paises con los que tenemos acuerdos de libre comercio, me he aguantado cuando roban mi mercancia en aduana y tengo que comprarla de nuevo en el mercado de San Felipe de Jesus, en fin, no debo nada, ante tan avasalladora demostracion de su inocencia fiscal, la comprensiva respuesta fue:

Pague y despues veremos.

Era obvio que no les interesaba en lo mas minimo lo que dijera, o hiciera, era una multa inventada, una multa fantasma como les estan llegando a todos los ciudadanos trabajadores de este reino, no le quedo de otra mas que pagar.

Pero pago de mas, con un par de Dieguitos (un billete de nuestro reino que trae a Frida en el anverso), logro conseguir que le sacaran una copia del archivo de la multa, para ver de que se trataba, si era un error de su contador o algo asi.

Cuando poso sus ojos en la hoja, no lo podia creer, la multa era por no haber cubierto los costos de importacion de un producto:

Un Kaiman, importado de Katmandu

Bueno, no soy biologo, pero creo que los Kaimanes no viven en las ciudades, y menos en las de Nepal, hasta donde yo se, no hay ese tipo de animales en ese lugar y claro, no importo Kaimanes, asi que habia de dos sopas, o bien el Abominable Hombre de las Nieves llego a Mexico disfrazado de Kaiman, o bien Hacienda esta inventando multas, en algun tipo de fraude fiscal perpretado por el gobierno.

No podia quedarme con la duda, asi que un dia fui con un amigo de mi padre, que es un alto funcionario de la Corte de Felipillo, muy cercano al Borrego que acaba de renunciar, lo emborrache hasta que solo podia decir verdades, asi le saque la sopa, el SAT esta en una campaña de exprimir hasta el ultimo peso de los conrtribuyentes, sea como sea, las arcas del reino estan vacias y es necesario pagar los lujos de la Corte, asi que estan inventando multas, obligando a personas que se dieron de baja a regresar a la sumision de Hacienda, cobrando impuestos a pensionados y todo lo que puedan inventar.

Asi que nuestras multas se van a usar para hacer mas rico al principe Felipillo y para los lujos de su corte, asi, mi dinero, duramente trabajado, se ha convertido magicamente en un nuevo tenedor de oro para su Bunker subterraneo en los Pinos.

Asi la moraleja de este cuento es: Si vas a trabajar honestamente, tendras a las sanguijuelas del SAT chupandote la sangre, hasta que esten satisfechas y como nunca lo estaran, tu futuro no se ve muy brillante.

Por cierto y como Colofon, ahora le acaba a llegar a mi anciana e invalida madre, que se retiro hace muchos años, una multa de Hacienda, por realizar operaciones con posteridad a la fecha que presento su aviso de suspension de actividades, sin duda otro Kaiman de Katmandu, decidi simplemente quemar la requision y no dejar que un susto asi acabe con su pobre corazon, pero mi paciencia si se esta acabando, y no deben de olvidar que, debemos dar gracias a Dios, por la corrupcion de este gobierno, junto al puesto donde tengo que comprar de nuevo mi mercancia robada en aduanas, hay un puesto que vende cualquier tipo de arma, desde pistolitas .22 hasta lanzacohetes, la corrupcion lleva en sus mismas entrañas su destruccion.

¡Ya me canse de sostener tanto parasito, que cada vez EXIJE mas de mi trabajo, a cambio de nada¡.

Esta historia es de un reino fantastico, no hablo de Mexico y cualquier parecido con situaciones reales, de seguro esta en su mente calenturienta